CRÓNICA DE LA
INAUGURACIÓN
INAUGURACIÓN DEL EDIFICIO DE LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
Son las once horas del día nueve
de julio, año 1922, la Orquesta Sinfónica Nacional entona la "Marcha
Heroica" de Berlioz; en el acto se encuentran presentes: El Presidente de
la República General, Álvaro Obregón; los Secretarios de Relaciones Exteriores,
General Alberto J. Pani; de Comunicaciones, General Amado Aguirre; el
Subsecretario de Relaciones Aarón Sáenz, el Gobernador del Distrito Federal,
Celestino Gasca.
Presencian, también, el concierto
de funcionarios de la Secretaría de Educación Pública: José Vasconcelos (titular
de la cartera); Carlos M. Peralta (Oficial Mayor); Francisco Figueroa
(Subsecretario); Antonio Caso, Rector de la Universidad Nacional.
Se suman a la ceremonia todo el
personal docente y administrativo del ramo, tres mil niños de las Escuelas del
Distrito Federal y mil de las Escuelas del interior de la República.
Esta ceremonia corresponde al
acto de inauguración del edificio de la Secretaría de Educación Pública:
"Hace un año se creó esta Dependencia, sus funciones: impartir las
primeras letras y los conocimientos básicos, así como difundir la cultura
nacional e internacional entre todos los mexicanos" dijo el Lic. José Vasconcelos
en su discurso Inaugural.
Para cumplir con esos objetivos
era menester contar con un edificio de "altos arcos y anchas galerías para
que por ellas discurran hombres". [...]"salas muy amplias para
discurrir libremente, y techos muy altos para que las ideas puedan expandirse
sin estorbo. ¡Sólo las razas que no piensan ponen el techo a la altura de la
cabeza".1
Para José Vasconcelos era
indispensable que una "Organización Moral, Basta y Compleja" como la
Secretaría de Educación Pública se debería reflejar en una obra construida
piedra por piedra, una "Casa cuya distribución corresponde al plan
educativo que ha comenzado a regirnos. Cada uno de los tres departamentos
esenciales en que se subdivide este Ministerio ocupa un sitio adecuado". 2
En 1921 José Vasconcelos propone
al ingeniero y arquitecto Federico Méndez Rivas la construcción del edificio
sobre las ruinas ubicadas en la antigua calle del Relox (hoy 4a. de la
República de Argentina) en donde se encuentra la puerta principal, la Novena de
Perpetua (hoy República de Venezuela) y parte de la calle de San Ildefonso (hoy
Luis González Obregón).
La obra fue iniciada el 15 de junio
de 1921, con setecientos trabajadores, sobre ocho mil quinientos metros
cuadrados de superficie y tuvo un costo total de ochocientos mil pesos.
Federico Méndez Rivas concibió el
edificio en el estilo neoclásico, herencia de la arquitectura que caracterizó
la época porfirista, es decir, construcciones de carácter académico, con
marcada influencia europea, principalmente francesa, mostrando al mismo tiempo
un regreso a las formas clásicas.
Un edificio de tales
características debería ofrecer la visión del mundo que sustentaban los
Gobiernos Revolucionarios. Para ello se decoró el edificio, sus tableros,
fachadas, pasillos y salones; los tableros del patio se decoraron con figuras
que representan a:
"Grecia, Madre Ilustre de la
civilización europea de la que somos vástagos, está representada por una joven
que danza y por el nombre de Platón que encierra toda su alma. España aparece
en la carabela que unió este continente con el resto del mundo, la cruz de su
misión cristiana y el nombre de Las Casas, El Civilizador.
La figura Azteca recuerda el arte
refinado de los indígenas y el mito de Quetzalcóatl, el primer educador de esta
zona del mundo.
Finalmente en el cuarto tablero
aparece el Buda envuelto en su Flor de Loto, como una sugestión de que en esta
tierra y en esta estirpe indoibérica se han de juntar el Oriente y el
Occidente, el Norte y el Sur, no para chocar y destruirse sino para combinarse
y confundirse en una nueva cultura amorosa y sintética".
"La ejecución de los
tableros esculpidos se debe al cincel de don Manuel Centurión".
"Para decorar el remate de
la fachada se ideó un grupo -ejecutado por Ignacio Asúnsolo- de la inteligencia
que es Apolo, la pasión que es Dionisio, y la suprema armonía de la Minerva
divina que es la patrona y la antorcha de esta clara dependencia del Poder
Ejecutivo de la República".
"Para la decoración de los
lienzos del corredor, nuestro gran artista Diego Rivera, tiene ya dibujadas
figuras de mujeres con trajes típicos de cada Estado de la República, y para la
escalera ha ideado un friso ascendente que parte del nivel del mar con su
vegetación tropical, se transforma después en el paisaje de la altiplanicie y
termina en los volcanes. Remata el conjunto un vitral de Roberto Montenegro, en
que la flecha del indio se lanza a las estrellas.
Los salones del interior serán
decorados con dibujos fantásticos de Adolf Best, así sucesivamente cada uno de
nuestros artistas contribuirá con algo para hermosear este palacio del saber y
el arte. Y al hablar de los artistas que han contribuido a levantar esta obra
sería injusto no mencionar a los canteros que han labrado las columnas y las
cornisas, las estatuas y las arcadas, puliendo cada piedra con esmero que da al
conjunto una especie de unción como de Templo". 3
Después de la ceremonia de inauguración
se ofreció un banquete cuyo costo total fue de siete mil ciento trece pesos con
cuarenta y cinco centavos.
NOTAS: 1 Vasconcelos, José. "Discurso pronunciado en la
inauguración del edificio de la SEP." Boletín de la SEP México, Talleres
Gráficos de la SEP 1922, p. 5.
2 Ibid. p.6.
3 Ibid. pp. 6 y 7.
2 Ibid. p.6.
3 Ibid. pp. 6 y 7.
Esta crónica se encuentra en el folleto LOS MEJORES No.5,
del Departamento de Archivo Histórico y Reprografía de la Secretaría de
Educación Pública.
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