El Trabajo del Maestro en el
Aula y en la Escuela.
El presente trabajo, contiene
algunos aspectos inherentes a la función que desempeña el maestro extraídas de
la narración de una catedrática en la lectura “El Trabajo del Maestro en el
Aula y en la Escuela”. En esta, la profesora vierte sus vivencias obtenidas a
lo largo de varios años, comenzando en la época post- revolucionaria. Al final
se dan algunas reflexiones propias.
Al comienzo
del texto, se nos indica que la eficiencia del trabajo docente se ve influida
por diversos aspectos, los cuales son internos y externos al plantel educativo.
Su trabajo, el cual podría considerarse individual y propio, es en realidad un
producto colectivo, en donde se ve muchas veces la participación e interés del
personal escolar en general, así como de los padres de familia. Citando el
libro “Claves para una Escuela Efectiva”, se nos menciona que un aspecto
observado en las escuelas mas eficaces, es el de la participación de todos en
el trabajo, buscando fines comunes, bajo la guía de un líder (el director), el
cual apoya, vigila, distribuye y colabora con los demás.
Durante años,
la escuela ha preparado maestros para la ciudad, mientras que en la realidad,
se les han asignado una gran variedad de comunidades, muchas veces indígenas,
en donde el mismo docente se encuentra en la necesidad de aprender y adaptarse
a las circunstancias para las cuales nunca fue entrenado. Por lo mismo, su
labor se complica aun más, porque se encuentra en un proceso de aprendizaje.
Como maestro, dentro de su practica debe de seguir uno de los principios
fundamentales de la evolución natural: “solo sobreviven aquellos seres mejor
adaptados”.
La función
social del maestro es en esencia de gran significancía. Por su posición y su
grado de estudios es una fuente de orientación dentro de una comunidad. El
maestro tiene el deber moral de ayudar a la población mediante cambios e
innovaciones en beneficio de ésta. Como consecuencia de un buen trabajo se
tiene el aprecio y agradecimiento de las gentes de las comunidades.
La forma de
trabajar del maestro es propia de él, ya que decide como hacerlo. Es importante
que relacione la teoría con la realidad y que los alumnos realicen su propio
aprendizaje, a partir de la exposición del tema de una manera clara y precisa
acorde a su nivel. También, es importante motivar su reflexión y exposición de
ideas entre ellos mismos –los debates- para desarrollar su capacidad critica.
Además, se pueden realizar proyectos colectivos involucrando a todo el grupo, e
impulsando su participación e interés.
Es importante la relación directa con los alumnos y
sus padres, al obtener una interacción armónica se va creando un ambiente de
confianza y de trabajo colectivo. Al inicio, podemos encontrarnos con la
necesidad de adquirir la confianza de la ciudadanía, ésta solo se lograra
demostrando buenas intenciones y con el trabajo de nosotros mismos, el cual
hablara por nosotros.
Algo que no debemos olvidar nunca es que todos
estamos en un proceso de constante aprendizaje. La forma en que el maestro ve
las cosas no siempre es la correcta ni comúnmente aceptada, es por esto que
debe de mantener la mente abierta y no suponer que las cosas deben ser
forzosamente de cierta manera, ni mucho menos imponerse; debe ser flexible y a
su vez autodidacta, impregnándose de técnicas, herramientas, métodos e ideas de
otros colegas y otras personas; pero lo más importante, buscar dar su mejor
desempeño y encontrar el lado bueno de las cosas, para así aprovecharlo.
Otra de sus múltiples actividades en las cuales el
maestro se encontrara en varias ocasiones, es la necesidad de realizar
actividades extras a su función docente y social. Es posible, que necesite
encontrar medios para obtener recursos extras necesarios para el plantel, ya
que los brindados por las autoridades educativas no serán suficientes.
A lo largo de nuestro desempeño profesional, por muy
bueno que sea, siempre tendremos uno que otro problema, lo que debemos hacer es
mantener la calma y pensar la mejor manera de solucionarlo, apoyándonos de la
gente que nos aprecia y que confía en nosotros. Los malentendidos nunca faltan,
lo importante es evitar cometer actos incorrectos.
Los maestros, además de poseer conocimientos y
preparación actualizada, deben de estar nutridos por un sentimiento de
responsabilidad y patriotismo, el cual será un motor poderoso para impulsar a
estos a dar siempre lo mejor de sí en beneficio de los demás; debemos de estar
realmente comprometidos. Como resultado, seremos capaces de soportar todas las
peripecias a las que se tengamos que afrontar para cumplir con nuestra labor.
Por ultimo, nadie nace sabiendo, y en un inicio todo
es muy difícil y atemorizante, pero solo con la experiencia y el interés de
hacer las cosas bien se va logrando hacer un mejor trabajo y se obtiene más
confianza.
Al final seremos capaces de expresarnos de manera
similar a la maestra...
...el
magisterio es una labor preciosa porque cuando se desempeña con cariño,
alumnos, padres de familia y compañeros de labor responden satisfactoriamente.
Todos los maestros dejamos en nuestra vida docente cosas inolvidables. Desde la
Normal se va elaborando eso que se llama ética profesional. Yo aprendí y asumí
el compromiso que dice: “el maestro debe ser
ejemplo en puntualidad, organización y en comportamiento en todos los
sentidos, para educar al niño y no molestar al hombre.”
En conclusión, la labor con la que debe cumplir un
maestro es monumental. Nosotros para ser buenos maestros debemos tener no solo
conocimientos y una buena preparación, sino también dedicación y compromiso por
lo que hacemos.
Los tiempos cambian al igual que las personas, ya no
es como antes, es enteramente distinto, sin embargo, la labor del docente sigue
siendo la misma. Un profesor está comprometido no solo por su labor académica
con sus alumnos, sino también por su función social con la población en la que
se encuentra.
Es un medio de orientación, capaz y obligado
moralmente a introducir ideas, innovaciones y cambios para beneficio de la
comunidad. Siempre uniendo a la población y trabajando en conjunto. Además,
siempre dejamos algo de uno mismo en cada lugar que trabajamos, malo o bueno;
yo prefiero que sea bueno y productivo.
La tarea es fácil, pero a la vez difícil. En
esencia, todas las actividades son fáciles, pueden ser sencillas o complejas
(como es el caso de la labor del maestro). Pero es uno mismo el que se
dificulta las cosas, por varios aspectos propios a los individuos. Esta tarea
requiere compromiso, ética, tiempo, esfuerzo y entrega; aspectos a los que
muchas veces no estamos dispuestos a hacer. He aquí las preguntas que me hago,
¿estoy realmente dispuesto a cumplir en todos los aspectos?, ¿tengo eso que se
llama ética profesional?, ¿estoy dispuesto a “sacrificar” los beneficios
de mi vida actual por otra en la que no tengo ningún camino recorrido? Cuando
la duda entra en mi cabeza y me pongo a reflexionar, me atemorizo, y minutos
después de pensarlo bien, sin titubeos me respondo, claro que sí; ya que
siempre busco seguir el principio fundamental del bienestar humano: “pensar y
hacer todo aquello que me beneficie a mi y a los que me rodean”
El trabajar como maestro me da la posibilidad de
hacer cosas productivas y relevantes por los demás, al mismo tiempo en el que
salgo beneficiado moral y espiritualmente.
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