Sunday, May 5, 2013

Discapacidad auditiva


Descripción
Normalmente, las ondas sonoras atraviesan el oído externo hasta llegar al tímpano, o membrana timpánica, que inicia su vibración y pone en movimiento la cadena de huesecillos (martillo, yunque y estribo). Estos huesecillos transfieren la energía al oído interno, en donde los fluidos que se encuentran en su interior entran en movimiento, provocando que las células ciliadas (del caracol) transformen estas vibraciones en impulsos eléctricos, que se transmiten a través de las fibras nerviosas auditivas al cerebro.
El lenguaje permite a los seres humanos la comunicación a distancia y a través del tiempo; es la principal vía por la que los niños aprenden lo que no es inmediatamente evidente y desempeña un papel central en el pensamiento y el conocimiento.
mpo; es la principal vnicaci
Consideramos las deficiencias auditivas como aquellas alteraciones cuantitativas en una correcta percepción de la audición. 

Términos:
          Hipoacusia: disminución de la capacidad auditiva que permite adquirir el lenguaje oral por la vía auditiva.
          Cofosis (sordera): pérdida total de la audición y el lenguaje se adquiere por la vía visual.

El diagnóstico precoz y la rehabilitación adecuada previenen la consecuencia más importante de la Hipoacusia infantil, crecer sin un lenguaje.

Clasificación
Según parte del oído afectada
          Hipoacusia de transmisión: la zona alterada es la encargada de la transmisión de la onda sonora. La causa se sitúa en el oído externo o medio, también las producidas por lesión de la trompa de Eustaquio, que es un conducto que une el oído medio con la rinofaringe. Hay una deficiencia de la transformación de energía en forma de ondas sonoras a ondas hidráulicas en el oído interno por lesiones localizadas en el oído externo y/o en el oído medio.
          Neurosensorial: en el oído interno y/o en la vía auditiva. Se llama también Hipoacusia de percepción y la causa radica en el oído interno o estructuras centrales (nervio auditivo, etc.). Los sonidos graves los oyen relativamente bien y en algunas ocasiones y bajo determinadas circunstancias  pueden mantener una conversación. Cualquier sordera superior a 60 dB indica una pérdida neurosensorial pura o mixta.

Según la causa
          Hereditarias genéticas:
o         Recesivas: los padres son portadores de la enfermedad pero no son hipoacúsicos).
o         Dominantes: constituye el 10% de las hipoacusias; uno de los padres es portador del gen afecto y es hipoacúsico.
          Adquiridas:
o         Prenatales: enfermedades de la madre durante el embarazo pueden ser causa de Hipoacusia en el niño, sobre todo si se dan entre la 7 y la 10ª semana. Entre las más graves nos encontramos con la rubeola, sarampión, varicela, alcoholismo, etc.
o         Neonatales: Traumatismo durante el parto, anoxia neonatal (falta de oxígeno), prematuridad, ictericia (aumento de a bilirrubina en la sangre por incompatibilidad Rh)
o         Postnatales: otitis y sus secuelas, fracturas del oído, afecciones del oído interno y nervio auditivo, intoxicaciones por antibiótico, meningitis y encefalitis, tumores, etc.

Según el momento de aparición
          Prelocutivas: se adquieren antes que el lenguaje.
          Postlocutivas: se adquieren después del lenguaje y son de mejor pronóstico.

Según intensidad
          Leves: pérdida inferior a 40 decibelios.
          Moderadas: de 40 a 70 decibelios.
          Severas: superior a 70 decibelios. Conforme a la Seguridad Social se considera una persona sorda a partir de 75 decibelios.
          Sordera o Cofosis: no se oye.

Causas
Adquiridas:
o         Infecciones congénitas: Toxoplasmosis, rubeola, herpes simple, sífilis, citomegalovirus
o         Infecciones postnatales: meningitis bacteriana, paperas, sarampión, rubeola, etc. Las paperas (parotiditis) constituyen la causa más frecuente de sordera adquirida en los niños.
o         Traumáticas.
o         Hiperbilirrubinemia (aumento de la bilirrubina en sangre), generalmente debida a incompatibilidad Rh
o         Ototóxicos. Antibióticos tipo estreptomicina, tobramicina, gentamicina, tomados por la madre y atraviesan la placenta.
o         Antibióticos: kanamicina, neomicina, estreptomicina, gentamicina, vancomicina, furosemida, etc.
o         Prematuridad.
        
Genéticas: constituyen al menos el 50% de los casos:
o         Autosómicas recesivas: Hipoacusia profunda aislada, síndrome de Usher, etc. El gen anómalo tiene que existir en ambos progenitores. La sordera se presenta de forma aislada, en el 70% de los casos ( Malformaciones de Scheibe, Michel y Mondini) o asociada a otras anomalías en el 30%.
o         Autosómicas dominantes: síndrome de Waardenbrug, síndrome de Alport, Hipoacusia profunda aislada, otoesclerosis coclear, etc.
o         Recesivas ligadas al cromosoma x: Hipoacusia profunda asociada con daltonismo, síndrome tipo Alport.
o         Mitocondriales: síndrome de KearnsSayre, etc.

Malformativas: Microsomía hemifacial, síndrome de Goldenhar, etc.

Presbiacusia: pérdida gradual de la audición a medida que la persona envejece.

Las causas genéticas van adquiriendo mayor importancia según se va progresando en el conocimiento de las enfermedades y van disminuyendo las causas adquiridas al potenciarse su prevención.

Indicadores de riesgo
          Antecedentes familiares.
          Infección en el embarazo.
          Malformaciones craneofaciales.
          Peso al nacer inferior a 1500 gramos.
          Niveles elevados de bilirrubina en sangre.
          Agentes ototóxicos en la madre o en el niño.
          Meningitis de origen bacteriano.
          Accidente hipóxico – isquémico.
          Ventilación mecánica.
          Síndromes asociados a hipoacusia.
          Traumatismo craneoencefálico.
          Trastornos neurodegenerativos.
          Otitis media crónica.

Epidemiología
La prevalencia de la Hipoacusia en el recién nacido y en el lactante es de 5- 6 casos por 1000 nacidos vivos, según se trate de severa o de cualquier grado.
En la edad escolar la prevalencia de Hipoacusia de más de 45 dB es de 3 por 1000 niños y de cualquier grado hasta de 13:1000.

Síntomas
Es muy importante realizar exploraciones completas para la detección temprana de un problema de audición. El desarrollo motor temprano, las primeras adquisiciones psicosociales e incluso el lenguaje expresivo hasta los 8 meses  pueden ser normales en niños hipoacúsicos, por lo que es muy difícil la valoración. Pero, nuevas evidencias demuestran que la sordera durante los seis primeros meses de vida pueden interferir en el desarrollo normal del habla y el lenguaje oral, por lo que lo ideal sería identificar a estos niños antes de los tres meses de edad y la intervención comenzarla antes de los seis meses, para prevenir las secuelas del déficit auditivo.

Consulte al médico si observa en el niño alguna de las siguientes pautas:
De 0 a 3 meses
          Ante un sonido no hay respuesta refleja del tipo parpadeo, despertar, etc.
          Emite sonidos monocordes.
De 3 a 6 meses
          Se mantiene indiferente a los ruidos familiares.
          No se orienta hacia la voz de sus padres.
          No responde con emisiones a la voz humana.
          No emite sonidos para llamar la atención.
          Debe intentar localizar ruidos
De 6 a 9 meses
          No emite sílabas.
          No atiende a su nombre.
          No se orienta a sonidos familiares.
De 9 a 12 meses
          No reconoce cuando le nombran a sus padres.
          No entiende una negación.
          No responde a “dame” si no va acompañado del gesto con la mano.
De 12 a 18 meses
          No señala objetos y personas familiares cuando se le nombran.
          No responde de forma distinta a sonidos diferentes.
          No nombra algunos objetos familiares.
De 18 a 24 meses
          No presta atención a los cuentos.
          No identifica las partes del cuerpo.
          No construye frases de dos sílabas.
A los 3 años
          No se les entiende las palabras que dice.
          No contesta a preguntas sencillas.
A los 4 años
          No sabe contar lo que pasa.
          No es capaz de mantener una conversación sencilla.

Tratamiento
El papel de los padres adquiere en este caso una importancia singular, ya que la familia se debe convertir en el mayor y más eficaz estímulo psicológico y didáctico de la persona con discapacidad a lo largo de su desarrollo, especialmente en edades tempranas.
Padres y profesionales deben actuar conjuntamente, ya que el pronóstico depende en gran parte de la habilidad y el compromiso de cada uno de los implicados.

Los efectos que la falta de audición pueden producir sobre el desarrollo cognitivo, afectivo y lingüístico del niño sordo es tal que sólo una intervención intensiva y precoz puede permitir la compensación de aquellos aspectos que sean educables y la superación de los que son inherentes a la propia deficiencia.

Métodos de comunicación
Existen tres corrientes:

Oralistas
Se defiende la enseñanza del lenguaje oral mediante el aprovechamiento de los restos auditivos, entrenamiento en discriminación auditiva, entrenamiento en la labiolectura. Se ayudan de aparatos que le permiten al niño detectar el lenguaje oral, como los vibrotáctiles.
Los partidarios de este método exclusivamente oralista defienden la integración del sordo mediante la lectura labial y la expresión hablada por entender que la comunicación social mayoritaria y el acceso a la cultura dependen del dominio del idioma oral y cualquier otro sistema va a entorpecer su aprendizaje

Signistas o manualistas
Consideran que el lenguaje de signos es el natural del sordo. Tienen un lenguaje propio que sigue las mismas etapas evolutivas que el lenguaje oral.
La evolución lingüística, cognitiva y social de los niños que aprenden un sistema de signos sigue un ritmo más regular y superior que el sordo oralista.

Bimodal
Se piensa que el niño debe comunicarse mediante el lenguaje de signos pero debe aprender el lenguaje oral para integrarse en la sociedad oyente

Ser excluyente en la elección de los métodos de rehabilitación y comunicación puede ser un error muy grave; el método ideal sería una combinación oral y gestual, marcada por las distintas etapas de desarrollo del niño y las respuestas concretas ante cada estímulo. Debe adquirir un sistema de comunicación con naturalidad, sin sentirse obligado a comportarse de una manera determinada. La educación ha de ser flexible pero sin perder la continuidad y sin olvidar que cada persona es un mundo en sí y que necesita relacionarse con todo lo que le rodea. Los éxitos o fracasos de cada sistema dependen siempre de su adecuación a las necesidades y posibilidades del discapacitado y no existe un método único infalible.

Lo más importante es que padres y profesionales trabajen conjuntamente.



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