El Tacto y la
Enseñanza.
1.- ¿Por qué es importante el
tacto en la enseñanza?
El estudio del tacto nos
permite centrarnos en algunos elementos de la situación de
enseñanza/aprendizaje: el elemento animador de la pedagogía que otorga una
calidad especial al mundo del padre y el niño o de los profesores y los
estudiantes; el elemento de la persona del profesor sin el cual la situación
pedagógica no puede existir; y el elemento de contingencia omnipresente en
todas las situaciones pedagógicas.
Por otra parte la solicitud
y el tacto pedagógico son las habilidades conscientes que permiten a un
profesor actuar de manera improvisada en las situaciones educativas, que
siempre están cambiando. He ahí su importancia, ya que el tacto nos promete
tener en la enseñanza la capacidad de ver las posibilidades pedagógicas en los
incidentes ordinarios, y convertir aparentemente los incidentes sin importancia
en significación pedagógica. El tacto da un significado a lo accidental.
2.- ¿Por qué se dice que el
tacto deja huella en el niño?
Son muchas las experiencias
de una persona que está madurando las que contribuyen positiva o negativamente
en el carácter y la personalidad. Pero sólo los adultos que mantienen una
relación pedagógica con la gente joven y que se acercan a ellos con intenciones
pedagógicas hacen de la formación del carácter un verdadero aprendizaje. El
carácter es la identidad distintiva que marca al individuo.
3.- ¿Estás de acuerdo en que el
tacto en la enseñanza significa en parte ser sensible a la interpretación del
niño? ¿Cómo sería un maestro con tacto, partiendo de la premisa anterior?
Sí, ya que un profesor debe
ser experto en puntos de vista, perspectivas, actitudes, inclinaciones y
orientaciones alternativas. Tienen que ser capaces de ver las cosas desde el
punto de vista del niño, que suele percibir las cosas de forma diferente de los
adultos.
La inteligencia en la
enseñanza no es la inteligencia intelectual pura, la inteligencia en la
enseñanza es sensibilidad solícita. Un profesor es inteligente cuando es capaz
de detectar qué es lo que impide que el niño aprenda.
Un buen profesor sabe que
cualquier situación de aprendizaje se experimenta de forma diferente según el
tipo de alumnos. Lo que es negativo para un alumno puede significar un desafío
positivo para otro.
Enseñar bien es difícil,
especialmente porque no existen soluciones técnicas ni recetas preparadas o
mágicas para las diferentes situaciones a las que se enfrentan los educadores.
4.- ¿Por qué los maestros con
tacto se interesan por el interés del niño?
El interés es una palabra
que describe la forma que tiene una persona de estar en el mundo. Interesarse
por algo es tomar parte en algo o mantener una relación afectiva con algo.
Estar interesado es estar intensamente entregado a algo o a alguien. Una
asignatura que me interesa es una asignatura que me importa.
Sin embargo, para los
estudiantes, la escuela resulta a menudo aburrida. La experiencia del
aburrimiento o el hastío significa tedio, adormecimiento, letargo y pasividad.
En ese ambiente no puede tener lugar ningún aprendizaje significativo. Por
contraposición, el interés va acompañado de atención, esfuerzo, disciplina,
concentración y rendimiento: todos los valores que los profesores consideran
esenciales para el aprendizaje. Un educador con tacto mantendrá viva y
fortalecerá la capacidad de asombro que produce la actividad del niño.
5.- ¿Por qué crees que es
importante generar autodisciplina por medio de la disciplina con tacto?
En primer
lugar, una persona disciplinada está dispuesta a aprender y a ser conducida al
orden. Crear disciplina en los estudiantes o en uno mismo es crear las
condiciones para el verdadero aprendizaje.
Por otro
lado, el profesor que necesita la disciplina del miedo es un mero instructor de
la asignatura en cuestión, no un educador de niños.
Sólo
cuando la presencia de un profesor encarna la materia de forma personal, y
cuando es capaz de mostrar a sus alumnos que existe una relación viva entre la
asignatura y sus propias vidas, sólo entonces el ambiente de la clase puede
cambiar de la disciplina autoritaria de la coacción formal al dinamismo vivo y
a la animación apasionada. No existe mejor disciplina para un niño que este
sentido de autodisciplina.
6.- ¿Por qué integrarías el
tacto humorístico a tu estilo de enseñanza?
El humor,
pero el humor positivo, no el negativo, es un medio humano a nuestra
disposición para aflojar, disolver, liberar o restablecer situaciones que se
han vuelto improductivas desde el punto de vista pedagógico. El humor con tacto
es una forma de decirle al niño la verdad sin hacerla menos verdadera. El niño
no experimenta la verdad que se le proporciona con humor como una sentencia que
machaca, denigra o condena.
El humor
es un mecanismo maravilloso para mantener un ambiente relajado, amistoso,
abierto, solidario entre el profesor y los alumnos. El humor es bueno cuando la
risa viene del afecto, de la compenetración o del amor. Cuando el grupo entero
se ríe junto, la risa parece caldear el espacio compartido con un sentido de
comunidad, de unión. El buen humor une a la gente relajando el ambiente.
Esto no
significa que el humor consista en ser tolerante con las cuestiones equivocadas
o perniciosas, o que el humor deba iluminar los problemas que requieren una
atención seria, sino que el humor nos permite tratar con tacto a los niños en
las situaciones en que necesitan de nuestra orientación.
¡Uff! Cuantas cosas hace el
humor, por eso me agrada, y por esas razones importantes es por lo que haría al
tacto humorístico parte de mi estilo de enseñanza y de mi persona.
7.- ¿Cuál es la importancia de
la experiencia y la reflexión con respecto a la formación del tacto de la
acción solícita?
Cuando reflexiono desde un
punto de vista pedagógico sobre mi vida cotidiana con niños, descubro mi
naturaleza pedagógica, sus límites y sus posibilidades.
La habilidad de la
percepción pedagógica es inherente a la solicitud y al tacto que aprendemos
mediante la práctica de la enseñanza, pero no simplemente enseñando. Llegamos a
incorporar en nosotros el tacto por medio de experiencias pasadas
seguidas de las consiguientes reflexiones solícitas sobre esas
experiencias pasadas. Reflexionando adquirimos la sensibilidad y la perspicacia
de diferentes maneras, como a través de la literatura, el cine, las historias
de los niños, las historias sobre los niños y las reminiscencias de la
infancia.
La experiencia de
reflexionar sobre la experiencia pedagógica pasada me permite enriquecerme,
hacer más solícita mi futura experiencia pedagógica. Y de muchas formas auto
superarme personalmente.
¿Te consideras un maestro que
ha utilizado el tacto en la enseñanza?
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